Y qué es tan importante? El dinero? El amor? ...
Bueno, hoy estuve platicando con la mundialmente reconocida, Cristi, famosa por sus salsas. Con ella estuve hablando de el asunto de querer llenar, muchas veces, con cosas materiales, los vacíos que tenemos dentro (lección dada por mi papá).
Muchas veces uno quiere llenar muchos vacíos que tiene dentro como, por ejemplo, el sentirse solo. Uno cree que encontrando a esa "media naranja", a la cual le voy a poder dar todo el "amor" y "cariño" que traigo dentro, voy a dejar de sentirme solo.
Me doy cuenta, después, que me sigo sintiendo solo, aún cuando ya estoy acompañado y, algunas veces, mal acompañado. Esto me confunde y me piratéa de tal modo que me hace tender a no pensar en ello. Es más, a veces hasta invisible se hace.
También, a veces, llego a creer que teniendo todo el dinero, fama y poder del mundo, voy a ganarme ese respeto a mi "chingonez" que me hace falta; ese reconocimiento, tan anhelado, que creo que merezco.
Uno siempre piensa en lograr lo que uno quiere. No me doy cuenta que lo hago por las razones equivocadas; nunca pienso: "Y porqué quiero, tan anheladamente, lograr lo que quiero lograr? Para qué quiero ser millonario? Para qué quiero estar mega-mamado? Porqué me clavo tanto con la vieja esa?"
La respuesta es muy sencilla, lo malo es que la buscamos afuera y la queremos encontrar, y llenar, con cosas que están "allá".
Pues, mis muchachitos y muchachitas, les traigo una noticia. Ya encontré dónde está todo ese amor que me falta! Ya encontré el reconocimiento que me falta! Ya encontré esa importancia que se que tengo pero que nadie más me da! Está aquí adentro...
Sip, adentro. Lo que no me doy yo mismo, adentro, no lo voy a encontrar en ningún lado.
Y sabes porqué me siento así? Porque hay una pinche vocesita, aunque no lo quiera aceptar, que me dice:
- Eres un pendejo
- No sirves para nada
- No te quiero
- Nadie te quiere
- Nadie te respeta
- Tu no te mereces nada
- Eres infeliz
- Soy muy infeliz
- No puedo hacer feliz a nadie
- Nadie me puede hacer feliz
- Eres horrible
- Estás bien gordo
- A nadie le puedes gustar
- Nadie te puede querer
Y luego??? Cómo chingados llegó esa vocesita ahí? Quién me la metió?
Pues, a veces, sin querer y, a veces, con querer, mi apá, mi amá, mi hermano, mi hermana, mi tío, mi tía, mi primo, mi amiga, mi novia, etc, etc, etc y muchos más etc.
La cosa es que uno repite esto mucho y no se da cuenta. Me la paso pensando "negativo" y no me apapacho ni me felicito.
Uta, ahora, yo me felecito por todo lo que hago. Me doy abrazos, me chuléo! Me doy las buenas noches y los buenos días. Me quiero un chingo y me lo digo seguido. Me respeto... Me admiro yo mismo.
Algunos me llaman orgulloso, algunos me llaman presumido y otros mamón. Me vale madre, nunca voy a poder tener contentos a todos! Ni lo intentes!
Y no quiere decir que soy pefecto o que no tengo defectos. Si tengo, pero no tantos como me dicen, ni tantos como pensaba. Además, tengo muchas virtudes! Porqué no nos concentramos en lo bueno, poquito o mucho, y olvidamos un poco lo malo?
Concentrarme en lo bueno me da fuerza para enfrentar todo eso que no me gusta de mí. No hay nada de malo con tener un chingo de cualidades y virtudes! Eso te lo aseguro!
No hay regla ni medida para esto. Inténtalo y ve que resultados tienes. Usa la cabeza y verás que vas a darte cuenta de muchas cosas.
Ahí les van algunas de mis frases:
- Lo hice muy bien
- Gracias por ser como soy
- Que chido canto
- Que chido toco
- Que guapo soy
- Me felicito por dar las gracias
- Me felicito por pedir perdón
- Me felicito por aceptar que estoy mal
- Muy bien! Puedo hacerlo mejor!
- Que bueno que le mostraste que estaba equivocado!
- Que bueno que te mostró donde estabas equivocado!
- Muy bien, sigue practicando!
- Que chidas están mis rolas!
- Me quiero mucho!
- Que listo soy!
- Híjole, como se cosas!
- Que bueno que empecé a hacer esto, puedo llegar a hacerlo muy bien!
- Como disfruté la comida!
- Como disfruté la cena!
- Que agusto esperar sentado el camión
- Me encanta que me conozcan!
- Me encanta conocerte!
- Que chida es mi vida!